Xilografía de Blanca Buda realizada por Francisco Ferreyra
La vida de Blanca Buda resulta un aporte fundamental e imprescindible en la historia de Escobar y de las mujeres. Si bien fue la primera candidata a intendenta en el partido, resulta meramente un dato en el enorme camino que recorrió. En un contexto donde la lucha feminista y sus reclamos logran masividad, nos llenan de preguntas y nos hacen mirar inexorablemente hacia atrás y también hacia adelante, ella nos invita a través de sus testimonios, militancia política y lectura a pensarlo todo.
Su obra más importante y contundente es, sin duda, Cuerpo I – Zona IV (El infierno de Suarez Mason), editada en 1988 donde relata su militancia política, su secuestro en marzo de 1976, el calvario sufrido en su cautiverio, donde manifiesta en varias ocasiones que logra superar las torturas sufridas por la solidaridad, cariño y fraternidad de otras mujeres. Allí también cuenta que en un interrogatorio la acusan “de ir a hacer quilombo a los barrios” y que “por su condición de mujer le correspondía quedarse en su casa”. Blanca remata que para ella era un deber de buena argentina ayudar a los vecinos, a cualquier persona que lo necesitara. En este sentido su palabra fue y sigue siendo fundamental para reconocer que la violencia sexual en los centros clandestinos formó parte del plan general de aniquilamiento y degradación de la subjetividad de las personas, donde se castigaba doblemente a la mujer que salía del ámbito privado y pasivo; donde los cuerpos de las mujeres se utilizaban como botín de guerra de los represores.
Su despertar político fue en 1955 luego del derrocamiento de Perón, atraída como miles de jóvenes por su figura, inicia sus primeros acercamientos, para luego militar activamente dentro del Partido Justicialista desde 1961 hasta 1972. Allí manifiesta que el individualismo de algunos dirigentes, el machismo de otros, sumado a la pretensión por parte de ella de que los sectores populares participaran ocupando cargos en las listas para las elecciones, termina cristalizando sus diferencias y consolida su alejamiento del espacio.
En 1973 aceptó liderar la lista local denominada por el Partido Intransigente como Alianza Popular Revolucionaria, encabezada a nivel nacional por Oscar Alende, convirtiéndose en la primera mujer en ser candidata a ocupar la intendencia de Escobar. De esta experiencia expresó: “La derrota me sirvió política y humanamente para mucho. Hizo que me acercara aún más a la gente de mi localidad, de cientos de maneras. Me di cuenta que solo entre ella, hallaba la verdadera alegría.”
A fines de 1975, ya alejada de los partidos políticos, junto a un grupo de mujeres funda La Unión de Mujeres Escobarenses donde siguió trabajando reivindicaciones barriales, en un clima político muy dinámico y complejo hasta marzo de 1976, cuando fue detenida y torturada por dos años y nueve meses. Blanca, en su detención, es testigo de la tristemente célebre masacre del pabellón séptimo, el pabellón de presos comunes, donde el 14 de marzo de 1978 al menos 65 personas mueren quemadas y baleadas en la cárcel de Devoto. En 1988 se pregunta por la impunidad y responsabilidad de todas esas muertes, advirtiendo que la cárcel de Devoto estaba bajo área militar, denunciando lo sistemática y planificada que fue la última dictadura cívico militar y agrega: “En base a nuestra experiencia tenemos bien claro cuál fue la víctima, quienes los victimarios y cual puede volver a ser la víctima.”
Ejerció el periodismo en diferentes diarios de la zona norte, entre ellos: El Debate (Zarate), Fomento y La Voz del Ciudadano (Pacheco), El mensajero del Norte (Escobar) y el reconocido diario El Actual (Escobar) dirigido por Tilo Wenner. Escribió entre 1980 y 1987 tres ensayos: «Operativos de baja intensidad en América Latina», «Los Poderes Especiales» y «La Forestal». Y también varios libros de poesía: Hombres de Sangre –Hombres de Espíritu y Reino Transparente. Integró la comisión directiva que logró la reapertura de la Biblioteca Popular Rivadavia (hoy 20 de diciembre) a principios de los años 90. Tuvo una larga trayectoria en programas de radio, entre ellos La pluma y la palabra y La magia y los poetas. Y en 2003 fue la fundadora y primera presidenta de la Sociedad Argentina de Escritores, seccional Escobar.
Blanca Buda fallece en el 2007 dejándonos un legado para pensar la historia reciente de nuestro país desde una perspectiva desgarradora y llena de coraje, necesaria para comprender desigualdades pero también para entender sobre convicciones.
Por Trini González Balseiros
Larrevi 